Encontrando una cadencia intercultural

Encontrar implica buscar, ya sea con respuestas satisfactorias o no tanto. Una cadencia es una armonía. Hoy en día la interculturalidad se denota como algo latente en nuestro entendimiento del mundo. Busco encontrar una perspectiva latente y armónica.

Tuesday, May 20, 2008

Los nuevos amigos que mueren por conocerme

Ultimadamente empiezo a sentirme fuera de las culturas que me distinguen y sentirme como un ser multicultural encontrando una cadencia con la globalización. Ultimadamente las diferencias culturales que encuentro entre País Nórdico y Madre Patria me causan el mismo impacto que las que me presenta el vasto pero empequeñecido mundo que me presenta la Internet.

Pongamos por ejemplo los programas de "amigos", creando dizque la oportunidad de conocer amigos nuevos en otros países o ponerte en contacto con los amigos viejos. Al principio los programas me atraían mucho, pues me permitió ponerme en contacto con gente de la que no había sabido nada en años, pues al irme de la Madre Patria el correo electrónico no era de uso común, en sí, mis primeros tres años fuera me los pasé escribiendo largas cartas y saltando de alegría al recibir respuesta a ellas.

Bueno, de estos programas el único que me ha permitido socializar a mi gusto y no verme aterrorizada por desesperados buscadores de amor ha sido Facebook. Otro programa, como Hi5 ha sido interesante, pude encontrar a varios viejos conocidos y hasta hice un par de buenas amistades con un francés, con un artista turco y con un surfero mexicano. Una amiga me invitó luego a Tagged, acepté un poco renuentemente, pero acepté para que no se sienta mal (error nro. 1, nunca aceptes por lástima). Puse una foto mía, muy sencillita, con un suéter de cuello de tortuga y jeans, ni siquiera volteando a ver a la cámara. En mi estado marital no puse nada, sólo mi nombre y ciudad en la que vivía. No acababa de formar mi perfil cuando un mundo de avez rapaces, en forma de hombre, me invadieron con proposiciones de matrimonio, amistad dudosa, grandes ganas de conocerme, de contarme de su idea del amor, de lo dispuestos que están a hacer sacrificios por mí.

Al principio me sentí muy enojada, cómo se atreven a invadir mi privacía con semejantes sandeces, como si realmente estuviera tan tonta como para creerme lo que dicen. Cree hasta un blog con todas las cartas que me habían escrito y mis respuestas. Al principio me divertí mucho, luego me harté, se estaba comiendo mi tiempo. Hice un experimento, cambié de foto, puse una de mí, bastante sensual, demostrando claramente el volumen de mis senos. Curiosamente, dejaron de caer las propuestas. Mejor, dije, se sienten intimidados, tranquilidad para mí.

Hace un mes aproximadamente un buen amigo se registró en el Tagged y me invitó a ser su amiga. Acepté, renuentemente también, pero acepté y pensé en deregistrarme y olvidarme del programa para siempre. Cambié mi foto, puse una en la que salgo con una carita muy inocente, incapaz de matar a un mosquito. Ah pues, no pasa un minuto empiezan a llover los mensajes de nuevo. Estas gentes tienen un radar?!?, pensé, qué impresión!

Mis respuestas y comentarios a mis admiradores se volvieron más filosos y algunos hasta me respondieron enojados. Me llamaron racista, grosera, maleducada por responder si no me interesa, etc. Sobretodo los turcos. Primordialmente los que me escriben viven dentro del mismo país. Mis reglas son simples:
  • Si me escribes en un lenguaje que no dominas bien, no te molestes en escribirme. No soporto el lenguaje de mala calidad.
  • Si tu película favorita es Titanic, tampoco te molestes, no hay nada más odioso que los hombres cursis.
  • Si piensas que con darme tus datos de correo electrónico y teléfono la primera vez que escribes y piensas que me comunicaré contigo o agregaré a mi lista de contactos estás muy, pero muy equivocado.
  • Si piensas que por declararme tu amor y decirme que has caído redondito por mí (nomás por haber visto mi perfil) te voy a creer, estás muy equivocado.
  • Si crees que nomás por vivir en el mismo país que yo pagaré un boleto de tren para ir a verte, lamento informarte que una vez más te has equivocado.
Nomás por decirles mi opinión me ven como una bruja maldita que está en el Tagged para lastimar sus sentimientos. Por otro lado, sí lo estoy. Es muy buena terapia para el estrés, desquitarme con una bola de idiotas que no saben qué hacer de su tiempo. Por otro lado, varios de ellos buscan desesperadamente a alguien que los saque de sus pobres países, para poder hacer una vida mejor en un país con mejores oportunidades y esperanzas. Eso es lo que me causa tristeza del asunto y realmente rompo contra mis principios de bondad e igualdad con el mundo al responderles de una manera grosera y maleducada.

Creo que lo que más me molesta de estos casos, es el carácter tan básico de estos interlocutores. Su vida está dominada por el cumplimiento de sus necesidades básicas. Las que más sobresalen son las sexuales y amorosas. En mi manera feminista de pensar, me siento ofendida, porque me siento aludida por su pito más que por su cabeza. Por otro lado, he aprendido poco a poco a pensar en que vivimos en mundos que están a años luz culturalmente.

Un turquito por ejemplo, me dice que quiere conocerme. Yo, ateniéndome a mis reglas le respondo que sus intereses eran demasiado cursis para mi gusto. Este chico sí tenía un sentido de dignidad, porque me respondió inmediatamente que no le gustó la manera en la que le respondí. Yo le dije que pues sí, me gustan los hombres que son un poco más cavernícolas, que no era demasiado hombre para mi gusto. Esto fue ya rebajarme a un nivel que no va conmigo, pero me desespera su ingenuidad. Me contestó que era una racista, que segurito nada más me gustan los hombres nórdicos. Le dije que lejos de, mi novio es un latinazo oscuro, nada que ver, que si él era racista por hacer esos comentarios? Me contestó pidiéndome perdón y yo me sentí tan mal, que le dije que estaba estresada,que no quería lastimarlo y que tenga unas buenas noches. Se hizo la paz y turco y yo sobrepasamos de cierta manera nuestros prejuicios culturales.
Las cosas que más me han desesperado de la gente que me ha contactado:
  • falta de sentimiento de dignidad
  • dispuestos a todo, como perros
  • no querer entender por mucho que se les repitiera el mismo mensaje
  • pensar que yo me voy a molestar por hacer algo por ellos
  • ingenuidad mezclada con estupidez
Las cosas que yo he aprendido en el mundo de la Internet:
  • Tolerancia
  • Aprender a ver las diferencias culturales
  • Comprender que la situación de vida condiciona en un altísimo grado la comunicación con otras personas (mujer, hombre, país de orígen)
  • Que tengo una gran curiosidad por entender la estructura mental del mundo
Empecé a contestarle a la gente con el propósito de encontrarle una respuesta a la estupidez humana. Poco a poco he recibido yo también mis lecciones y aprendido que todos intentamos caber y buscar una mejor vida en este mundo globalizado. La identidad y perspectiva del mundo que yo tengo es tan diferente a la de muchos otras culturas, pues mis necesidades son diferentes. No perdono a la gente que se vale de tretas de dudosa naturaleza para conseguir lo que quieren, pero también yo debo darle más espacio a mi perspectiva del mundo. Muchos los considero ya casos perdidos, llenos de odio y frustración. Otros son buscadores desesperados del amor, pero no saben ni siquiera lo que significa. Si no me interesa, no debería jugar con esta gente, sino intentar esclarecer la naturaleza de sus fastidiosos intentos. Sin embargo, esa tarea requiere de tanta energía, que mejor me retiro del campo de batalla.


0 Comments:

Post a Comment

<< Home