Encontrando una cadencia intercultural

Encontrar implica buscar, ya sea con respuestas satisfactorias o no tanto. Una cadencia es una armonía. Hoy en día la interculturalidad se denota como algo latente en nuestro entendimiento del mundo. Busco encontrar una perspectiva latente y armónica.

Wednesday, July 16, 2008

Higiene y etiqueta

Sigo en búsqueda de la cadencia. Cada vez intento adentrarme mas en la perspectiva humana dejando de lado la cultural. Aun así, la cultura rige enormemente nuestro mundo personal e ideales. Las cosas comunes para ti son extrañas para mi y viceversa.

Estoy pasando mi verano en País Galo. No hablo la lengua, pero afortunadamente mi hombre sí, así que me facilita bastante la comunicación, pues es un muy buen interprete también. De ahí en mas, me dedico a observar lo que pasa a mi alrededor desde el punto de vista local.

En primer lugar, no dejan de causarme gracia las cacas de perro que la gente deja tirada así nomás, como si les fuera la cosa mas común del mundo. Gracioso y tierno se me hace también, que cuando sacan a su perro a pasear, traen una correa de la mano, pero no el perro sujeto a ella. Acostumbrada a mis costumbres de País Nórdico, la cosa se me hace de lo mas simpática. Lo que no acabo de comprender es el excremento que dejan a media calle. No les da vergüenza? Quejarme no debería, en la Madre Patria no es infrecuente encontrar pañales usados tirados por ahí.

Que cochina es la humanidad, ahora que uno lo piensa. Años nos tomó captar la importancia de la higiene al tratar heridas en la época moderna. Las antiguas tribus y culturas, por su parte, tenían un sentido de la higiene muy desarrollado, como los aztecas, por ejemplo. Al parecer a los galos no les causa mucha molestia ver a su perro cagar y luego seguir caminando. También he visto casos en los que el paseador de perro pone el residuo en una bolsita y luego deja la bolsita a media calle, exactamente en el mismo lugar donde el perro dejó su regalito. No deja de extrañarme eso. No jala uno el excusado después de haber hecho sus necesidades?

Por otro lado, el habitante galo tiene un sentido muy desarrollado de la educación y la etiqueta. Como representante de País Nórdico, me confunde y me cansa el ritual de los besos. Uno es suficiente, dos son demasiado. Que no se dan rosas a números nones? Dos besos es lo mismo. Al ir a reuniones con mi hombre mis reacciones son las de una niña chiquita que le asustan las multitudes.

Primero, durante el camino al evento vamos ambos muy emocionados por ver a gente conocida y pasarnos un buen rato. Segundo, al llegar al lugar y ver el gentío ya presente, me dan ganas de darme la vuelta e irme. Me agarro bien de la mano de mi hombre y le pregunto, si es necesario saludar a todos los presentes. Por que no se puede mover la mano en hola como en País Nórdico? Seria todo mucho mas sencillo. Le pregunto afligida a mi hombre si tenemos que saludar a todos o hacernos pendejos y pasarnos un grupo de largo. Es muy paciente y me da siempre buenas instrucciones de que hacer. En tercer lugar viene el temido momento, el saludar. Incontables veces me he equivocado y acercadome desde el lado incorrecto, el derecho en lugar del izquierdo y casi plantadole un beso en los labios a mi interlocutor. Me repito a mi misma: por la izquierda, por la izquierda, por la izquierda como un mantra hasta que la asamblea ha sido saludada. Solo en ciertos casos se saluda de la derecha y eso es cuando el angulo lo obliga. Por desgracia, en mi mente nordica no existe esa flexibilidad y pues si aprendi que es por la izquierda, por la izquierda los quiero dar. Quisiera nomás dirigirme a la gente que conozco y saludarlos solo a ellos, no a los desconocidos que vienen de pilón para mi suplicio. Cuando todo se ha acabado, suspiro aliviada y me siento como si hubiera llevado a cabo una gran hazaña. Creo que todo este ritual me sería mucho mas fácil si hablara francés y no tuviera que voltear a ver a mi novio con cara de ayúdame cada vez que alguien me empieza a compartir su vida. Es muy cansado. Por otro lado, me encanta que los niños me saluden de beso, ese detalle me hace muy feliz, me encantan los niños bien educados. La primera impresión es importante y dice mucho de sus papas.

El segundo paso es la ida. Es mas fácil irse hasta el final para que todo mundo venga a despedirse o, si deciden pasarse de largo y no saludar al pilón obligatorio, no despedirse de una. Como acá el tomar de más es muy mal visto, no puede uno tampoco buscar como remedio apagarse debajo de una mesa. No es como si yo tuviera tendencia a hacerlo, me causa sumo desprecio llegar a ese nivel, pero es que no entiendo por qué me causa tanta angustia soltarle un par de besitos a desconocidos. Será que llevo demasiado tiempo en País Nórdico, pues aunque al principio me era causa de alarma el sentido tan diferente de entrada y salida de la gente, ahora me lo encuentro muy cómodo. Aunque sí, los besitos, sean uno o dos, rompen el hielo y es mucho mas fácil comunicarse con la gente después de ellos. A lo mejor estoy acostumbrada a que el hielo se rompa cuando se tenga mas alcohol que sangre en el sistema circulatorio y al día siguiente apenas soltemos un pequeño hola a quienes la noche anterior considerábamos nuestros nuevos amigos del alma.

Como decía, lo que es común para ti, para mí es extraño y viceversa.

Tuesday, July 15, 2008

Jale y empuje

Antes era muy emocionante encontrarse a un compatriota viviendo o paseándose en el extranjero. Era la emoción de una misma lengua, el compartir experiencias similares, el reírse de las mismas cosas, pasarse un buen rato.
Ahora, cuando una se encuentra a un compatriota, hay que tener cuidado. Primero, a ver la reacción del comparsa cuando una explica de qué parte de la Madre Patria se es. Segundo, ya que una vez mas se han traído a flote las diferencias y hecho bromas, se pregunta en que trabajas, que haces aquí, etc., uno mueve la cabeza en aprobación y tercero, o se sale a tomarse una chela, o se cambian números telefónicos para "a ver si salimos un día, no wey?".
Yo no se si es por el hecho de que, además de ser mujer, mi físico no es el típico nacional, tengo muchos problemas de adaptación en el circulo de los compatriotas residiendo en el extranjero. No se poner bien el dedo sobre lo que me hace sentir diferente de mis comparsas o sobre que es lo que ellos ven de diferente en mi, pero si me ha acarreado un poco de extrañeza.
Una vez me vi en la situación en la que el tipo se negó a creerme del todo cuando le conté mi origen y empezó a platicar con su amigo sobre si yo era material correcto para calentarle la cama. Luego se tomaron la libertad de decirme que decidieron no sacarme a tomar un trago porque “you are not a nice person”. Como si me hubiera sentido muy ofendida. Herida sí por la negación de mi origen, pero eso se me quitó en un momento, pues el tipo tenía la mirada pasiva de un pendejo.
Por otro lado tuve la grandiosa oportunidad de conocer a AR, quien más o menos sentía la misma aversión a conocer compatriotas. Al principio los dos no estábamos muy emocionados de habernos conocido, pero terminamos compartiendo cosas muy agradables y disfrutando de grandes risotadas, confesiones, pensamientos y experiencias.
Para culminar con nuestras experiencias con compatriotas, conocimos a otro, que es de una región que culmina a la trinidad urbana de la Madre Patria. AR y yo nos equivocamos en nuestro juicio, resulto ser, en palabras de AR, “un tipo sin cargos de conciencia por prácticas capitalistas y destruye-empleos”. Luego que nos echó en cara no seguirlo a una disco, decidimos AR y yo, que nuestra búsqueda para completar el trío sigue en pie.
Me he preguntado que es lo que nos hace tan diferentes a los compatriotas entre nosotros. Mis amistades con los originarios de allá o son excelentes o simplemente no existen. Unos compatriotas en el extranjero hacen lo posible para ayudar a salir adelante a la Madre Patria, otros son felices de olvidar de donde vienen. Eso es un rasgo muy humano, pero se ve muy claramente en el compatriota. Son muy internacionales, pero dentro de su Patria no les preocupa en lo mas mínimo el colonialismo que todavía reside. Es ignorancia mezclada con pedantería. Yo, por mi lado, he llegado a la conclusión, de que cuando se conoce a un compatriota, no hay que verlo como tal. Hay que mejor verlo como una persona con quien potencialmente se pueden compartir cosas que van mas allá de la lengua, puede uno sumergirse en un mundo conocido para los dos, reírse de las cosas mas banales, disfrutar del lado humano de la vida sin pretender ser quien no se es. Cuando se conoce a alguien con quien sí se puede hacer, ni siquiera las palabras “jale” y “empuje” abrirán las puertas a tantas cosas como las puede una nueva amistad.

Tuesday, May 20, 2008

Los nuevos amigos que mueren por conocerme

Ultimadamente empiezo a sentirme fuera de las culturas que me distinguen y sentirme como un ser multicultural encontrando una cadencia con la globalización. Ultimadamente las diferencias culturales que encuentro entre País Nórdico y Madre Patria me causan el mismo impacto que las que me presenta el vasto pero empequeñecido mundo que me presenta la Internet.

Pongamos por ejemplo los programas de "amigos", creando dizque la oportunidad de conocer amigos nuevos en otros países o ponerte en contacto con los amigos viejos. Al principio los programas me atraían mucho, pues me permitió ponerme en contacto con gente de la que no había sabido nada en años, pues al irme de la Madre Patria el correo electrónico no era de uso común, en sí, mis primeros tres años fuera me los pasé escribiendo largas cartas y saltando de alegría al recibir respuesta a ellas.

Bueno, de estos programas el único que me ha permitido socializar a mi gusto y no verme aterrorizada por desesperados buscadores de amor ha sido Facebook. Otro programa, como Hi5 ha sido interesante, pude encontrar a varios viejos conocidos y hasta hice un par de buenas amistades con un francés, con un artista turco y con un surfero mexicano. Una amiga me invitó luego a Tagged, acepté un poco renuentemente, pero acepté para que no se sienta mal (error nro. 1, nunca aceptes por lástima). Puse una foto mía, muy sencillita, con un suéter de cuello de tortuga y jeans, ni siquiera volteando a ver a la cámara. En mi estado marital no puse nada, sólo mi nombre y ciudad en la que vivía. No acababa de formar mi perfil cuando un mundo de avez rapaces, en forma de hombre, me invadieron con proposiciones de matrimonio, amistad dudosa, grandes ganas de conocerme, de contarme de su idea del amor, de lo dispuestos que están a hacer sacrificios por mí.

Al principio me sentí muy enojada, cómo se atreven a invadir mi privacía con semejantes sandeces, como si realmente estuviera tan tonta como para creerme lo que dicen. Cree hasta un blog con todas las cartas que me habían escrito y mis respuestas. Al principio me divertí mucho, luego me harté, se estaba comiendo mi tiempo. Hice un experimento, cambié de foto, puse una de mí, bastante sensual, demostrando claramente el volumen de mis senos. Curiosamente, dejaron de caer las propuestas. Mejor, dije, se sienten intimidados, tranquilidad para mí.

Hace un mes aproximadamente un buen amigo se registró en el Tagged y me invitó a ser su amiga. Acepté, renuentemente también, pero acepté y pensé en deregistrarme y olvidarme del programa para siempre. Cambié mi foto, puse una en la que salgo con una carita muy inocente, incapaz de matar a un mosquito. Ah pues, no pasa un minuto empiezan a llover los mensajes de nuevo. Estas gentes tienen un radar?!?, pensé, qué impresión!

Mis respuestas y comentarios a mis admiradores se volvieron más filosos y algunos hasta me respondieron enojados. Me llamaron racista, grosera, maleducada por responder si no me interesa, etc. Sobretodo los turcos. Primordialmente los que me escriben viven dentro del mismo país. Mis reglas son simples:
  • Si me escribes en un lenguaje que no dominas bien, no te molestes en escribirme. No soporto el lenguaje de mala calidad.
  • Si tu película favorita es Titanic, tampoco te molestes, no hay nada más odioso que los hombres cursis.
  • Si piensas que con darme tus datos de correo electrónico y teléfono la primera vez que escribes y piensas que me comunicaré contigo o agregaré a mi lista de contactos estás muy, pero muy equivocado.
  • Si piensas que por declararme tu amor y decirme que has caído redondito por mí (nomás por haber visto mi perfil) te voy a creer, estás muy equivocado.
  • Si crees que nomás por vivir en el mismo país que yo pagaré un boleto de tren para ir a verte, lamento informarte que una vez más te has equivocado.
Nomás por decirles mi opinión me ven como una bruja maldita que está en el Tagged para lastimar sus sentimientos. Por otro lado, sí lo estoy. Es muy buena terapia para el estrés, desquitarme con una bola de idiotas que no saben qué hacer de su tiempo. Por otro lado, varios de ellos buscan desesperadamente a alguien que los saque de sus pobres países, para poder hacer una vida mejor en un país con mejores oportunidades y esperanzas. Eso es lo que me causa tristeza del asunto y realmente rompo contra mis principios de bondad e igualdad con el mundo al responderles de una manera grosera y maleducada.

Creo que lo que más me molesta de estos casos, es el carácter tan básico de estos interlocutores. Su vida está dominada por el cumplimiento de sus necesidades básicas. Las que más sobresalen son las sexuales y amorosas. En mi manera feminista de pensar, me siento ofendida, porque me siento aludida por su pito más que por su cabeza. Por otro lado, he aprendido poco a poco a pensar en que vivimos en mundos que están a años luz culturalmente.

Un turquito por ejemplo, me dice que quiere conocerme. Yo, ateniéndome a mis reglas le respondo que sus intereses eran demasiado cursis para mi gusto. Este chico sí tenía un sentido de dignidad, porque me respondió inmediatamente que no le gustó la manera en la que le respondí. Yo le dije que pues sí, me gustan los hombres que son un poco más cavernícolas, que no era demasiado hombre para mi gusto. Esto fue ya rebajarme a un nivel que no va conmigo, pero me desespera su ingenuidad. Me contestó que era una racista, que segurito nada más me gustan los hombres nórdicos. Le dije que lejos de, mi novio es un latinazo oscuro, nada que ver, que si él era racista por hacer esos comentarios? Me contestó pidiéndome perdón y yo me sentí tan mal, que le dije que estaba estresada,que no quería lastimarlo y que tenga unas buenas noches. Se hizo la paz y turco y yo sobrepasamos de cierta manera nuestros prejuicios culturales.
Las cosas que más me han desesperado de la gente que me ha contactado:
  • falta de sentimiento de dignidad
  • dispuestos a todo, como perros
  • no querer entender por mucho que se les repitiera el mismo mensaje
  • pensar que yo me voy a molestar por hacer algo por ellos
  • ingenuidad mezclada con estupidez
Las cosas que yo he aprendido en el mundo de la Internet:
  • Tolerancia
  • Aprender a ver las diferencias culturales
  • Comprender que la situación de vida condiciona en un altísimo grado la comunicación con otras personas (mujer, hombre, país de orígen)
  • Que tengo una gran curiosidad por entender la estructura mental del mundo
Empecé a contestarle a la gente con el propósito de encontrarle una respuesta a la estupidez humana. Poco a poco he recibido yo también mis lecciones y aprendido que todos intentamos caber y buscar una mejor vida en este mundo globalizado. La identidad y perspectiva del mundo que yo tengo es tan diferente a la de muchos otras culturas, pues mis necesidades son diferentes. No perdono a la gente que se vale de tretas de dudosa naturaleza para conseguir lo que quieren, pero también yo debo darle más espacio a mi perspectiva del mundo. Muchos los considero ya casos perdidos, llenos de odio y frustración. Otros son buscadores desesperados del amor, pero no saben ni siquiera lo que significa. Si no me interesa, no debería jugar con esta gente, sino intentar esclarecer la naturaleza de sus fastidiosos intentos. Sin embargo, esa tarea requiere de tanta energía, que mejor me retiro del campo de batalla.


Monday, February 11, 2008

Qué siente una pluma al caer, cuando la gravedad desaparece?

Este poema fue escrito por mi hermana y yo el 24 de septiembre de 1998; dos años después de haber dejado atrás nuestra vida en la Madre Patria. Yo dibujé un ángel corriendo detrás de su ala desprendida. Mi hermana escribió el poema inspirada en el dibujo.

Qué siente una pluma al caer
cuando la gravedad desaparece?

Cae derecho y rápido como si fuera hecha de piedra.
No más flotar y disfrutar de la libertad,
ya no hay paisajes, la vida se pasa en un instante.

Así sentí al volverme real.

Era un ángel con la libertad unida a la espalda
Nada me jalaba abajo, no existía techo ni pared,
estaba rodeada de un espacio de posibilidades.

Sentí el dolor de la caída, el dolor del caer,
cómo me alejaba de mi naturaleza.
Rasgué el espacio con las uñas, pataleé para mantenerme arriba, grité para perder peso,
pero ya estaba rota mi ala.

Se quedó en donde nací, flotando como una nube.
La otra se marchitó como flor y cayó como pétalo de rosa. La guardé en un cofre de cristal para que no pese mucho en el viaje de regreso.

Pero sé que ya nunca regresaré.

Aquí estoy, viéndome las manos, pisando con mis pies descalzos.
Tanto me detiene. Por dónde empiezo?
Me siento tan pesada, encadenada...
Dentro de mí hierve un grito de desesperanza que nunca saldrá.

Diez años después he aprendido a andar con los pies descalzos. He visto el mundo pisando tierra. Después de todo, ha sido lo mejor que me ha podido pasar: perder mis alas de ángel. La prisión se ha convertido en libertad.

Sunday, February 03, 2008

El oleaje de la humanidad

Cuando me mudé a este país nórdico, lo único que yo sabía de este país era, que la gente era honesta, tranquila, tímida y no muy propensa al chisme. Pensé que era el país ideal para empezar desde cero una nueva vida llena de confianza, de nuevas amistades, de una mayor creencia al ser humano como un ser inherentemente bueno. Esas eran mis creencias a mis tiernos 15/16 años de edad, en plena adolescencia.
Oh sorpresa fue, que al llegar acá, no podía comunicarme como hubiera deseado. Mi experiencia del mundo era tan pobre, que ni siquiera entendía que el no conocer una lengua sería fuente de muchas frustraciones. Había estado en Canadá antes, pero no fue problema. Dominaba bien el idioma y nunca tuve problemas de comunicación, siempre encontré una manera de expresar algo en otras palabras si no conocía el vocablo correcto que encompasara mi idea. Pero acá, donde se habla un lenguaje fino-ugrio, la situación era diferente. Había visitado de niña y no había tenido en ese tiempo problemas de comunicación. Pero tampoco sabía que el niño es como una esponja, absorbe el lenguaje con prontitud y se expresa en ella sin preocuparse por la gramática o detalles lingüísticos.
Desde mi cárcel comunicativa, pues, aprendí a ver el mundo desde nuevos ojos. O mejor dicho, me hizo abrir los ojos a la realidad. El ser humano es igual aquí, allá o acullá. Yo me imaginaba un mundo noble, cortés, de respeto a la privacía. Así es el carácter del habitante de mi patria nórdica. Pero también mis nuevos compatriotas echaban escupitajos al caminar, se sonaban sin papel y eructaban sin pujo alguno en pleno público. Automáticamente conecté ese comportamiento con la clase baja de mi madre patria. La belleza imaginada se vio envilecida por la pura esencia humana. Oh decepción! Luego aprendí a vivir con ello, aunque me llevó algunos años. Nunca he eructado en público (de menos no a propósito), me he sonado sólo si necesario y discretamente, no tiro chicles a la calle, el solo pensamiento de un gargajo me hace ruborizarme de vergüenza. Pero no lo hago por ser de mejor clase, sino porque ese comportamiento es parte ya tan profunda de mí que no puedo evitarlo.
Aún así, siempre consideré a esta patria mucho más desarrollada humanamente. Las diferencias entre clases sociales con casi invisibles comparadas a las de mi otra patria. El nivel educativo es infinitamente superior. El famoso decir de Don Benito Juárez: "El respeto al derecho ajeno es la paz" sí tiene eco por acá. La gente que es religiosa por lo general no lo es fanáticamente ni usan la palabra del señor para condenar a los demás. Que la familia no sea tan unida da, en mi opinión, la libertad al individuo a formar su perspectiva de la vida independientemente sin verse ella interrumpida continuamente por las opiniones de familiares que han "vivido más", pero en otro mundo.
Todo esto empecé a verlo desde mi silencio. Mis ojos eran mi boca con el mundo. Ellos y mi interés por la filosofía y la psicología me despertaron un interés enorme por la raza humana. Por alta que sea la formación académica, el ser humano sigue siendo un ser vive aquejado de sus miedos, sus deseos, sus pasiones. Mi hermana fue blanco de un chisme empezado por un chico que había dicho que se había acostado con ella. No, la raza humana no es mejor ni en frío ni en calor. Comenzó una trayectoria de querer comprender a la gente. Querer comprender por qué su comportamiento, sus vilezas, por qué también sus acciones buenas.
La trayectoria no ha terminado, no terminará en esta vida y dudo que en la próxima. Pero hay cosas que sí he comprendido y otras que me he tenido que limitar a aceptar, pues no puedo entenderlas. Entender el por qué de muchos comportamientos me ha ayudado a perdonar y seguir adelante. No sin antes sentir un rencor profundo que me carcome mientras proceso la razón del comportamiento. Me doy cuenta de que los actos cometidos en contra mía sin razón aparente y a los que no les he podido encontrar explicación, me llenan de un rencor tremendo. Por ejemplo el hecho de que una colega le haya chismeado al hombre que me golpeó que estaba acostándome con otra persona y eso llevó a la contraparte de mi triste relación a tirar todas las cosas que aún tenía en el apartamento, pues no me había atrevido a ir a recogerlas sola. Entre esas cosas había unas cuantas invaluables que se han perdido para siempre. Y no, no eran joyas. Después de varios años todavía deseo desde lo más profundo de mi corazón que esa tipeja haya sufrido mucho y que haya captado las consecuencias de su acto. Esa manía de meterse en cosas que no incumben que tiene mucha gente es algo que nunca podré terminar de entender y por consiguiente, tampoco procesar.
También he tenido ángeles que me han cuidado y me han guiado en momentos difíciles. También he recibido ayuda sin pedirla en los momentos más críticos. El mundo es todo un oleaje de bueno y malo. He soñado con venganza, he llegado hasta revolcarme de placer planeando venganza. Nunca la he cumplido. He estado tan cerca de hacerlo, pero nunca lo he hecho. He querido creer firmemente en que la vida se encarga de eso. En muchos casos lo ha hecho.
Aún así, no todo es dejárselo a la vida a que lo reponga y haga un mejor mundo. Es como decir que nací pobre y deberé morir pobre porque Dios así lo quiso. No. Mi conclusión es, después de todos estos años de constantes interrogativas, que las cosas mejoran solamente con aprender a amarse a sí mismos y con mucha educación. Mi idea de educación no encierra sólamente la cultura general, pues eso es una infinitésima parte de nuestra preparación humana. Educación también significa el aprender a aceptarnos a nosotros mismos, desde un nivel físico como mental. El aprender a ver que somos seres sexuales, seres que queremos amar y ser amados y también, primordialmente, aprender a amar, a respetar. Para mí también la educación concierne el lenguaje corporal, que dice mucho sin palabras. El respetar el conocimiento de otros pero también decirlo inválido sin miedo. Son muchas las cosas que una buena educación encompasa.
Otra de mis grandes lecciones de vida ha sido el aprender a ver como cada uno de nosotros llena un nicho a la perfección en esta tierra. Cómo somos tan variados, no solo en color de piel, ojos o elección de carrera, sino en gustos y deseos. No es fácil hacerlo y yo no soy experta, pero día a día me maravilla más la amalgama de mundos que formamos este mundo.
Aún así, este mundo está lejos de ser un buen lugar. La concientización de qué hace este mundo un mejor lugar ha tomado siglos, milenios ya. Lejos estamos todavía de un mundo lleno de las curiosidades humanas que hacen de este planeta tan interesante, pero con menos egoísmo y más ganas de trabajo en equipo. Ese día está todavía muy muy lejano... A lo mejor el calentamiento global nos obligará a unir cabezas y apreciar más a nuestro prójimo.
Otra cosa que no deja de perturbarme es, a pesar de haber ya mucha más igualdad entre géneros, la pobre, o diría yo prácticamente nula campaña que se hace en contra del abuso sexual. Campañas preventivas hay infinitas. Se mandan mails grupales de qué hacer en un bar para cuidar tus bebidas, se avisa del acoso sexual en negocios, instituciones, etc; existen millares de páginas web que explican qué hacer en caso de vilación o ataque sexual, en qué consiste, qué medidas tomar, etc. Se dice que este tipo u otro de enredo sexual es un quebrantamiento de la ley, pero no se dice, para mi sorpresa, qué está bien y qué ya sobrepasa las reglas del respeto a la otra persona.
Sí, así es. No deja de sorprenderme el poco tiempo que se le dedica a la educación del hombre en lo que concierne el respeto sexual a la mujer. En muchos casos, el hombre no se da cuenta del daño que le causa a la mujer, aunque para el hombre sea simplemente un acto hecho casi por instinto. No se le dice al hombre en ningún lugar: "Meter la mano en el entrepierna de la mujer es de muy mal gusto si ella no ha demostrado su consentimiento y eso es algo que definitivamente no se hace". Las madres podrían preparar a sus hijos al mundo del cortejo diciéndoles que por amigable que se porte la muchacha no quiere decir que quiera brincar a la cama o abrir sus piernas y, aunque ella no diga no, no lo hace porque por lo regular tiene miedo. Los hombres mayores hacen abiertamente comentarios sexuales sin darse cuenta, de que esos comentarios lastiman. Luego reciben invitaciones a la corte por haber besado o tocado o dicho algo y se preguntan ingenuamente qué hicieron mal. Para nosotras es obvio, para muchos de ellos no lo es. Hasta lo consideran nada más un juego. No todos los casos son así, obviamente. Muchos lo hacen porque saben que es una buena arma para lastimar. Pero en muchos casos, es simplemente ignorancia, es falta de concientización, es falta de respeto al hombre en cierta manera, pues con hacerle entender desde tierna edad qué significa respetar a una mujer, se evitarían muchos, pero muchísimos casos de acoso sexual. He buscado en Google páginas con información para el hombre respecto al tema, pero nada. Lo único que ha aparecido en mi pantalla es información sobre grupos de tratamiento para hombres que han sufrido de abuso sexual.
No me meteré al tema del abuso sexual. A niveles mayores, es una enfermedad seria que debe tratarse con mucho cuidado. Mi punto era nomás decir, que el placer de unos, es dolor de otros. Es tan difícil explicar eso en el ambiente familiar o escolar?
Los seres humanos somos todavía una bola de animalitos que intenta arreglárselas como puede y quiere. Estamos llenos de sentimientos primitivos pero también de sentimientos nobles. Lo que nos falta es conocer la realidad. Eso significa conocernos a nosotros mismos y por medio de ello, a los demás.

Sunday, June 24, 2007

El amor no es como lo pintan

El amor es también una cuestión cultural. No hace poco más de un año que de repente me vi felizmente involucrada sentimentalmente con un amigo de largo tiempo. Las cosas se dieron espontáneamente y casi sin percatarnos ambos, paseábamos ya por el sendero del amor. Él no hace mucho que se ha mudado a Francia para llevar sus estudios a un nivel superior mientras yo permanezco en mi país nórdico llevando a cabo los míos. Aparte de la distancia nos han separado factores comunes a estudiantes: el pequeño presupuesto común a nuestro rango y la poca posibilidad de trabajar y ganar lo suficiente como para poder permitirse viajes frecuentes.
Sin embargo, la relación ha funcionado. Ambos aceptamos la situación y aunque a veces es difícil, nos resignamos a la realidad y trabajamos duro para realizar nuestros sueños. Estamos ahí moralmente el uno para el otro a pesar de sentir a veces que enfrentamos solos nuestros problemas, pero lo vemos como una factor unificante, pues sabemos que ni separados ni juntos las cosas se arreglan por su cuenta. La relación no es imposible, gracias a los medios de comunicación de hoy la comunicación fluye sin obstáculos, excepto las pequeñas riñas comunes a cualquier pareja.
Mi historial de relaciones de pareja es colorido. Debido a mi legado cultural, ha sido difícil encontrar a alguien que sea afín a mis ideas. La cosa no ha sido facilitada por mi ardor altruista en pro de un mundo mejor y con más educación, mi vegetarianismo, mi desavenencia a profesar una religión establecida, mis ideas un tanto radicales, mis exigencias sexuales también. No soy una persona fácil, soy independiente y extremadamente selectiva en relación a mis amistades. El variado repertorio se ha compuesto de prospectos de Finlandia, Irlanda, Rumanía y Holanda e incontables amistades de incontables países. Mucho amor, pero poca satisfacción de mi parte. Para mí una relación no es como en las películas de Disney, donde el amor vence toda dificultad. Es mucho más que eso. Es compartir ideas afines y si no se comparten todas, de menos entendimiento y respeto mutuo. Dentro de lo que cabe, cada nacionalidad me ha querido bien, dentro de su márgen de entendimiento. Los nórdicos me han querido hacer feliz, pero les es muy dificil comprender a la gente latina en su totalidad, el irlandés heredó la tendencia de su padre a ser muy posesivo y recurrir hasta a la violencia para mantener la relación "viva", los rumanos y yo nos entendemos bien, pero las heridas del comunismo no han sanado, el representante de los países bajos no pudo comprender mi temperamento y ardor. A pesar de todo, el factor obstaculizante subyaciente ha sido la lengua y el entorno cultural de ésta. No me es problema comunicarme en otros idiomas, pero ningún idioma, aparte de mi lengua materna, me hace sentirme completa. Como estudiante de lenguas aprecio los matices de la lengua, el colorido que le dan a la comunicación, los grandes contextos que pequeñas exclamaciones contienen, el contenido cultural que encierran. No puedo darme a entender de la misma manera con un español que con un representante de mi Madre Patria. Aún dentro del mismo enclave cultural, se encuentran grandes diferencias lingüísticas que en mi caso son realizables con gente de mi mismo grupo cultural.
Así pues, se me dio el regalo de reencontrarme con alguien con quien he compartido una amistad de largos años, muchas experiencias comunes, ideas afines, entendimiento lingüístico.
Curioso, empero, es el hecho de que yo definitivamente me negué la sola idea de involucrarme con alguien de mi mismo origen. Las ideas católicas y conservadoras de ese entorno me causaban repulsión, aparte de las ideas anticuadas en lo que refiere a las relaciones de pareja y la gran hipocresía que las caracteriza desde mi punto de vista europeo. Me juré terminantemente que nunca me involucraría con nadie, ese tema no lo tocaba ni con la más loca de mis ilusiones. De hecho, hasta pensé que lo mejor para mi sería conocer a alguien de un entorno spanglish, alguien que dominara el inglés y el español y sin identidad tan fuertemente atada a herencias tribales. Prisa alguna por encontrar pareja no tenía. Confiaba totalmente en que si se da, se da, si no, pues no se me desgastaría la vida por eso. Miedo a la soledad, no le tengo ni he tenido razón por tenerla. La vida me ha dado grandiosas y hermosas amistades con quienes tengo mucho que compartir.
En fin, de repente me fui a pasar una semana a una ciudad europea y mi amigo aceptó la invitación a venir también. Un amigo de tanto tiempo era para mí ya una relación familiar, el primo que nunca tuve, la persona con quien de repente cambiaba unas palabras en línea. No se me ocurrió jamás pensar en algo más con él. De repente las cosas cambiaron. Me vi en la empresa de enfrentar sentimientos que de repente fueron mayores a mí, una sensación de felicidad por poder comunicarme en mis dos idiomas más fuertes con él sin problema alguno, a tener sexo en mi idioma, lo cual fue extraño, pero singularmente aligerante. El hecho de sólo ser, lo cual es posible de una manera absoluta en mi lengua, fue una experiencia nueva y deleitante, aparte de compartir abiertamente mis ideas y ser aceptada como soy teniendo como base una algunas veces hermosa, algunas tortuosa, pero rica amistad.
El amor es algo muy personal, algo que sólo uno se puede explicar a sí mismo. Muchas veces he envidiado a gente de un sólo orígen, quienes han encontrado pareja de manera menos complicada por tener una vida menos atiborrada de experiencias. Pero cada quien quiere recibir lo que puede dar. Puedo dar mucho gracias a mi legado, pero también quiero que el receptor pueda asimilarlo y darme sentimiento de integridad relacional. No me satisfago con poco y eso ha sido en gran parte gracias a mi riqueza cultural. El amor pues, es también cosa cultural, es más que dejarse fascinar por los encantos del otro, es también saber dar con integridad lo que hemos asimilado a través de nuestras vidas.
Contenta estoy, pues, de que todo hasta aquí haya ido bien, de que sienta que las cosas marchan por buen camino. Aceptar mi integridad cultural ha significado también aceptar a alguien más en mi vida con sus defectos y cualidades.
He crecido culturalmente y relacionalmente.

Tuesday, December 12, 2006

No seamos convencionales

El artículo cliché. Hablemos de la Navidad, de su significado del amor para la humanidad, la época de dar y también de recibir. No me meteré en sus miles de formas y formatos, la Navidad tiene para cada quién un significado diferente.
Invariablemente, sin embargo, esta época es la de pensar en regalos que se hacen a los amigos, a la familia, los elegidos del corazón, los allegados, los trabajadores, la lista sigue y sigue. Me molesta sobremanera la manera en que esta época se ha comercializado, pues ha destruído mucho de su significado y se aprovecha de la tradición. Pero por otro lado trae mucho bueno: los estudiantes pueden ganar un poco de dinero extra para sus gastos, es un tiempo bonito para disfrutar con alguien querido, la música Navideña trae recuerdos reconfortantes.

Sumida así en mis pensamientos, ví pasar a mi vecino, quien sin excepción alguna, cada vez que lo veo tiene un cigarro en la mano. Aparte de que me molesta mucho, pues siempre se lo fuma al lado de mi ventana, me da tristeza por él, su vida limitada por adicción tan fuerte.
Fue entonces que se me ocurrió que en esta época de Navidad, tengo la libertad de regalar lo que a mí me plazca a la gente que yo escoja.
Decidí que de alguna manera u otra me haré de su dirección y le regalaré una cajita de Nicorettes. Santa Claus aprecia a los niños buenos, pero no deja abandonados a los niños malos, contrariamente a la idea común. Puede ser que tire a la basura su regalo, tomándolo como un insulto, pero por otro lado, puede pensar que alguien se preocupa por su salud, que matarse así no es bueno (encima de que no quiero ser fumadora pasiva dentro de mi casa).
Entonces se me ocurrieron regalillos no comunes que serían una buena idea en Navidad.

Le regalaría un stepper a una chica que necesite bajar de peso.
Le daría a mis amigas copitas menstruales para estimular higiene y ecología.
Le daría un verano en Finlandia a una mujer que disguste de usar la burka.
Le daría una beca a una estudiante como yo.
Pagaría la infracción de aparcamiento de un maestro (su trabajo es pesado y poco respetado).
Le compraría comida de perro al perro-guía de un invidente.

Los regalos que se me ocurren son infinitos. Siempre hay una alternativa poco convencional que traería una sonrisa a alguien. Me agrada que acá en Finlandia la iglesia organizó una idea de regalo diferente. La idea consiste en comprarle algo que le haga falta a una familia en un país pobre, como zapatos o una cabra, y darle la muestra del regalo a tu familiar o amigo que ya lo tiene todo, o sea compraste el regalo en su nombre. No sólo es Finlandia, son otros países también, y la idea me agrada mucho como tal.
Por mi parte, aunque mi economía no lo permite mucho, siempre hago un sacrificio monetario en Navidad, pues de otra manera no lo haría. Este año es mi vecino fumador y los niños en las cárceles de Rusia. Cuando se trata de dar regalos a mis amigos y familia, escojo regalitos que signifiquen mucho, pues siempre olvido dar regalos de cumpleaños así que el de Navidad que los reponga.

Navidad también es la época de desear. La acción desiderativa de Paz Mundial se las dejo a las Miss Universo, ganarse la lotería se lo dejo a los soñadores, cosas que se encuentran fuera de mi alcance las dejo sin tocar. Mientras tanto, puedo cooperar con mi propia experiencia:

  • No tengas expectativas. Percibir la realidad como es sin distorsionarla aleja sentimientos de frustración.
  • Cada quien vive su vida a un ritmo diferente. Nunca sabes qué es lo que está pasando en la cabeza de otro, mejor acepta lo que te puede ofrecer o simplemente aléjate.
  • Aprende a perdonar. La vida se torna más sencilla.

Espero la Navidad con ansias, sé que será maravillosa. Ojalá todos puedan disfrutarla también, sin expectativas, a su ritmo y sonriendo al mundo.